


¿Qué es la Gestalt?
Gestalt es una palabra de origen alemán, que no tiene una única traducción, con frecuencia es traducida como: figura, forma, estructura, creación, configuración, entre otras. Esta palabra está asociada a una escuela psicológica llamada psicología de la gestalt, surgida en Alemania y abocada al estudio de los fenómenos de la percepción.
En este caso, la emplearemos para referirnos al enfoque Gestáltico (E.G), desarrollado por Fritz Salomón Perls (1893 – 1970), enfoque que es considerado tanto una propuesta filosófica como terapéutica. Sus principios son aplicables al campo clínico, al del crecimiento y transformación personal, educativo, organizacional, entre otras.
El Enfoque Gestáltico como filosofía de vida nos propone: ser responsables de nuestra existencia y del sentido que queramos darle, para ello, es necesario conocer nuestra manera de vincularnos con el entorno, descubrir las respuestas que damos a la vida y asumir que nosotros las generamos (así sean respuestas de sumisión, inmovilidad, complacencia, impulsividad, entre otras). Así también, es importante estar en contacto con nuestro sentir, siendo responsables de lo que hacemos con lo que sentimos, ya que podemos evitarlo, provocarnos (mayor) dolor, modificarlo, acompañarlo, o identificarnos con él.
El EG, nos propone vivir desde adentro descubriendo nuestras necesidades, límites, ritmos, recursos, nuestros aspectos menos desarrollados, creencias, desmitificando así tradiciones culturales y familiares para encontrar respuestas acordes a las necesidades individuales y grupales en el aquí y ahora.
La mirada gestáltica de la vida nos invita a abrirnos a ella, al contacto con la experiencia que transcurre en el aquí y ahora, al contacto con el otro ser humano, a abrir nuestra percepción al mundo, nuestro corazón al encuentro con el otro, sentir en función a lo que está ocurriendo aquí y ahora y no en relación a lo que imagino ocurre, ocurrió u ocurrirá, estar presente tanto en el placer como en el dolor.
Como sistema terapéutico tiene una mirada humanista, holística e integradora del hombre, cree que los organismos vivos tienden a la autorregulación (homeostasis), y así conservan su salud en un entorno cambiante, este proceso que se ve interrumpido por influjos sociales, aprendizajes, experiencias traumáticas, entre otras, y como consecuencia –de esta interrupción- los organismos se enferman (psicológicamente).
El abordaje terapéutico de la TG está centrado en el aquí y ahora del consultante/cliente/paciente, es en este presente donde transcurre la experiencia (fenomenológicamente); la toma de conciencia de cómo experimentamos este momento en relación al entorno y de cómo nos experimentamos a nosotros mismos, permite el Darse Cuenta: de mis respuestas automáticas, de mi forma particular de sentir, de mis pensamientos, de mis interrupciones, auto interrupciones y bloqueos, es así que puedo descubrir el cómo me interrumpo, cómo introduzco lo no resuelto en el presente, las situaciones análogas donde experimente lo mismo (sin ser necesariamente el origen único de la experiencia presente), entre otras.
Y a partir de este darse cuenta el terapeuta va creando experimentos con la finalidad de trascender el carácter del consultante, facilitando el contacto con el sentir, y creando escenarios para ensayar nuevos ajustes creativos, trascendiéndose a sí mismo (el consultante), logrando un cambio en su identidad.
Una de las consecuencias de esta regulación interrumpida (regulación inmadura, ineficaz), es por ejemplo: que los organismos acumulen necesidades insatisfechas, las mismas que no desaparecen sino que permanecen en cada organismo pugnando por completarse o ser satisfechas. Por ello, la importancia del Aquí y Ahora de la terapia gestalt, pues es en este presente que accedemos a estas necesidades insatisfechas, y es en este aquí y ahora que los organismos consiguen la satisfacción de esa necesidad.
En resumen, se puede decir que la terapia gestalt facilita el autodescubrimiento del sentir y de las respuestas habituales que damos, de los aspectos en sombra, busca la integración de la personalidad, el cierre de asuntos inconclusos, a pasar del apoyo externo al auto apoyo, es decir, a la confianza en uno mismo, a la curación de heridas emocionales, a la construcción de un sentido propio de vida, entre otros objetivos.